Viven sin luz ni agua, pero sobre todo con mucho miedo. Algunas familias lorquinas han decidido volver a sus viviendas, afectadas por el terremoto de Lorca, pese a los riesgos que ello conlleva. Habitan entre puntales y cascotes.Es el caso de Juan, que vive con su hijo de diez años en un eficio con riesgo de derrumbe. "Tengo miedo, está todo apuntalado, pero es que de momento no hay solución", explica. "Hemos pedido las ayudas y no nos las conceden. Los puntales se aflojan y nadie viene a revisar nada. Nos tienen abandonados".
Viven sin luz ni agua, pero sobre todo con mucho miedo. Algunas familias lorquinas han decidido volver a sus viviendas, afectadas por el terremoto de Lorca, pese a los riesgos que ello conlleva. Habitan entre puntales y cascotes.
Es el caso de Juan, que vive con su hijo de diez años en un eficio con riesgo de derrumbe. "Tengo miedo, está todo apuntalado, pero es que de momento no hay solución", explica. "Hemos pedido las ayudas y no nos las conceden. Los puntales se aflojan y nadie viene a revisar nada. Nos tienen abandonados".
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